El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán
Ciertas palabras de Jesús, el Hijo de Dios, que tendrán su cumplimiento en un momento de la historia de nuestra caída humanidad.
Todo el mundo en sí mismo sabe la verdad: hay un fin para toda esta vida que conocemos, tanto para la propia (con la muerte natural) como para la vida de este mundo. La Biblia lo describe como el día de Dios, en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán! (ver contexto)
Por revelación, Pedro nos habla con mucho detalle sobre estos acontecimientos futuros y algo muy interesante es que no se enfoca en ellos más de lo necesario, sino mas bien nos hace una reflexión para practicar hoy diciendo:
"Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, !!cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios,..." Este es el dilema de nuestro diario vivir. El tren de este mundo con todo su afán, simplemente avanza hacia el abismo. Santidad, piedad, el esperar pacientemente y aún haciendo todo con diligencia, prontitud y agilidad no son tareas fáciles de nuestro diario vivir. Pero no imposibles.
Muchos dicen: "Hace tiempo que dicen eso... mira, ya vamos más de 2000 años y nada..." Pues el apóstol Pedro, queridos amigos, ya sabía que ustedes dirían eso en el 2009 y por amor a ustedes escribió:
El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.
y aún añade: Por lo cual, oh amados, estando en espera de estas cosas, procurad con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación". "Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos". Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén."
El Señor todo lo creó por su palabra, así nosotros tenemos poder en lo que hablamos. Nuestras declaraciones tienen poder para darnos vida o muerte. Es por eso que ahora mismo puedes hablar a Dios en voz alta y pedirle que te guarde irrepensible para aquel día que todos sabemos llegará: "Dios, te pido que me perdones por mis pecados que son muchos, te doy gracias por Tu amor, que mostraste en Tu Hijo Jesucristo y creo que Él vino al mundo, murió y resucitó y está sentado a Tu diestra. Jesucristo, te pido que entres a mi corazón y dirijas mi vida desde hoy y para siempre. Espíritu Santo de Dios, te pido que me selles con tu Santo Espíritu para la eternidad y me guíes en todo lo bueno, amable y de buen nombre. Dios, declaro en fe que confió en Tí, enséñame a confiar en tí cada día más y más. Te declaro mi Señor y mi Salvador, el Rey de mi vida. Gracias Dios. Amén.
Ahora te has acercado a Dios y Él se ha acercado a tí y está contigo hasta el fin, sin importar lo que venga... tenemos certeza que TODO nos ayudará para bien.
No hay comentarios:
Publicar un comentario