Padre, te doy gracias por el discernimiento sacerdotal, el don de discernimiento y el discernimiento del creyente nacido de nuevo.
Señor, me coloco en el lugar para operar en estas unciones de acuerdo a su naturaleza y propósito. Conéctame con los cinco dones ministeriales que van a afilar mi discernimiento.
Tomo la unción del hierro que se aguza con otro hierro. Renuncio a todos los falsos motivos y espíritus equivocados que puedan afectar mi discernimiento de forma negativa.
Renuncio a las cosas de la carne, las cuales no pueden agradar a Dios. Me propongo perseguir las cosas que van tras el Espíritu y renuncio a las cosas que van tras la carne. Yo soy espiritual y renuncio a la muerte de la carnalidad. La mente carnal es enemiga de Dios y también es enemiga mía. Yo declaro que la justicia de la ley será completada en mí porque he renunciado y no camino más en las cosas de la carne. (Rom.8.4-5).
Me doy a mi misma por completo a la Palabra de Dios y al Espíritu de Dios. Crezco diariamente en las cosas de Dios y nunca me volveré adicta a la leche espiritual. Me esfuerzo (esmero) hacia la madurez de Dios. Mis facultades mentales están entrenadas por práctica para determinar y distinguir entre lo que es malo o contrario a la ley divina. El Señor me ha ungido para ejercitar y discernir entre lo que es luz y lo que es tinieblas. Heb5.13
Estoy esforzándome para ser equipada y experimentada en la doctrina de la justicia. Estoy en conformidad con la divina voluntad de Dios en propósito, pensamiento y oración. Estoy calificada/preparada para hablar los oráculos de Dios (Heb 5.14).
Soy una oveja, y no seguiré voces extrañas. Camino en la unción del eido, de conocer a Dios Jun.10:4-5. Oigo lo que Dios está diciendo, y califico para repetirlo. el manto del discernimiento está sobre mi.
Dios, extiende Tu cetro hacia mí en cada situación, de tal manera que yo tenga sabiduría y autoridad de usar lo que Tú me revelas.
Declaro que estoy empoderada por Dios para ver en el reino espiritual. Este reino incluye lo que es tinieblas y lo que es luz. No temeré lo que Dios me muestre en el reino de las tinieblas. Dios me ha dado poder sobre todos los poderes de las tinieblas. Él no me ha dado espíritu de temor, sino de poder, de amor y de dominio propio, es decir una mente equilibrada.
Gracias Jesús, por las cosas que Tú me revelas através de mis cinco sentidos, en visiones y sueños. Seré una buena administradora. Renuncio a las cosas con las que mi mente intenta engañarme, y a toda fortaleza mental. Las hecho fuera y las derribo ahora mismo en el nombre de Jesús.
Yo anuncio que mi visión viene por el reino del Espíritu Santo, y cada tercer ojo generacional (aún hasta el Edén) es cerrado en mi línea sanguínea. Hago voto de operar en la integridad espiritual del discernimiento, la cual prohibe espiar cosas que Dios no ha permitido que me sean reveladas. Yo sellaré la revelación en el Espíritu porque mantendré un buen balance en discernimiento. Renuncio al hombre natural, el mundo y al diablo. Mi espíritu no puede ser infiltrado por los poderes de estas fuerzas.
Señor, te doy gracias por utilizar el discernimiento espiritual en mi vida para convertirme en un activo de valor para nuestra familia.
Asimismo, permite que esto contribuya al Reino de Dios. Permite que información y revelación venga a los Santos por enseñanza. Permite que dones sean dados a los santos por impartición. Permite que recursos vengan a la iglesia atraves de la capacitación. Permite que el discernimiento se encienda en las vidas de Tu pueblo através de la activación. Declaro que el Pueblo de Dios no va a ser ignorante de las artimañas del enemigo, y que van a detectar con agudeza los engaños de las tinieblas, en el Nombre de Jesús oro, Amén.
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